Atardecer de domingo, quizás el primer domingo donde
no tengo esa imperiosa necesidad de salir a la calle sin sentido claro, pero de
salir ahogada por las paredes de mil recuerdos.
Dar el primer paso siempre es lo mas difícil, pero
obligarse a darlo .... Es como un salto de fe. Es saltar sin saber que hay
debajo.
Voy en marcha, me obligo, caigo, me levanto, sigo,
caigo me levanto, sigo... pero siempre caigo un paso más adelante. Avanzo...
Donde avanzo? cada día un poco mas hacia mi misma.
Porque este viaje no es hacia afuera, es un viaje a mi interior. No seré mas la
misma persona, ya mis ojos se ven diferentes y mi sonrisa esta distinta.
Me voy descubriendo como un niño, más aún como un
bebé. Recién estoy reconociendo mi cuerpo, estoy aprendiendo a dar los primeros
gateos, porque la verdad aun no camino.
Es poco tiempo de andar sola, hay mucho por recorrer..
Imagino un sendero recto, con arboledas... veo rocas que debere saltar sin
dudas, arroyos que tendré que cruzar.... El camino se ve largo, percibo algunas
dificultades en el viaje, llevará un buen tiempo.... Tengo mi mochila
preparada, las zapas listas, la sudadera lavada... Mi respiración se
entrecorta, tengo un miedo atroz, pero ya di el primer paso... y después del
primero viene el segundo y así se avanza, sin mirar hacia atrás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario