..... es muy triste envejecer sin poder crecer...

Tarde lluviosa de domingo, un buen sábado y esa frase robada a la amiga de un amigo retumba en mis oídos desde que la escuche..... "es muy triste envejecer sin poder crecer"...
Y si, debe ser muy triste pasar por esta vida sin dejar que nada cambie, que nada se transforme, que nada te duela tanto que mutes, que nada te apasione tanto que no te muevas, que nada pase mas allá de la socialmente aceptada rutina de la bulliciosa ciudad.
Respirar el mismo smog, y los mismos problemas comunes y cotidianos no van a cambiar a no ser que vos no hagas la diferencia...

A veces la vida te permite conocer personas de tu misma vibración... No se si vos crees que la gente transmite una onda... para mi es como un sonido imperceptible al oído, pero sumamente claro para el alma... La gente vibra, tiene diferente tonos y melodías... Poder sentarte a la mesa con personas de tu misma vibración es una orquesta para el universo todo...
Igual soy bendecida, habitualmente me rodea esa gente...
Y con esa gente mi pecho late fuerte al escuchar ese sonido de libertad plena, que me permite descansar apacible en el encuentro mágico de las almas.

Descubrir nuevos caminos... hacerse a la aventura de vivir, aprender, descubrir, amar, y crecer son las cosas importantes por las que hemos nacido...
Lamentablemente, al menos para mi,  muchos pierden el objetivo, y sus vidas pasan a ser totalmente rutinarias. Van del trabajo a la casa y de la casa al trabajo. Tristemente respiran, y se alimentan, penosamente despiertan y dicen que están vivos... pues su vida es tan monótona y aburrida que todo lo que podían aprender pasa a un segundo o tercer plano...

Para crecer hay que atreverse a morir una y otra vez, hay que aprender a perder y volver a intentarlo. Hay que reír a carcajadas y llorar a mares, pero tambien hay que serenarse y respirar profundamente, hay que andar y desandar mil caminos... y sin duda hay que recordar cada error cometido para hacerlo carne y no volver a equivocarse... solo ahí, crecemos... y la rueda gira y gira...

... es muyyyy triste envejecer sin poder crecer...

Sencillamente porque si eso sucede tu vida estuvo llena de nada... No quiere decir que tenes que tener una vida alocada y andar a estruendosas carcajadas por allí o por aquí... Quiere decir que tenes que entregarte totalmente apasionado a lo que te hace realmente feliz.

Si mi imaginación hace su tarea, aunque siempre vuela alto y sin permiso, como se debe.. veo a un hombre viejito y arrugado sentado en una silla baja, arqueado por el paso de los años... con los ojos cansinos y sin brillo... que llegando al final de sus días tiene el alma tan vacía y gris que da pena verlo...

Si te atreves a crecer cada día, si cada día es un nuevo aprendizaje, nuestra vejez tambien sera un viejito arrugado, y quizás tambien sentado en una silla bajita, pero seguramente estará sentado descalzo sobre la tierra polvorienta, permitiendo que mil sensaciones lo inunden tan solo por recordar los caminos andados, vividos y aprendidos... Con mil historias que contar.. y seguramente con la misma fuerza de los 20 dispuesto a seguir descubriendo y aprendiendo mil cosas nuevas...

Imagino una vejez completa y plena... Con mucho que contar, son la serenidad que da el crecimiento bien hecho, pero ese crecimiento no es un cuerpo sano y alimentado solamente.. Es un alma luminosa y perfecta...Debe ser muy feliz envejecer habiendo crecido... habiendo explorado, recorrido y amado con pasión y entrega cada acto cotidiano... No es necesario hacer grandes descubrimientos, ni haber recorrido el Tibet con una túnica y descalzo...

... es muy triste envejecer sin crecer....

Solo  la cercanía a la vejez hace que uno se replantee su vida, y a veces es demasiado tarde...
Si lo piensas bien, quizás descubres que hay mucho por hacer.
Aun no terminaste de crecer...
...aun no terminaste de crecer pero tienes en tus manos todo lo necesario para lanzarte a la aventura... solo .... atreverse, lanzarse, saltar al vació en un acto adolescente y alocado puede ser la única posibilidad que tengas de morir, habiendo vivido antes.