El canto de un pájaro.... el ladrido de un perro....
los niños jugando en la vereda.... Romy mirando la tele... la voces de mis
viejos en el parque de su casa que da al frente de la mía, porque la vida nos
llevó a vivir así de cerca. La vida cambia a cada instante, es impermanente.
Esos ojos verdes que no ven más que la distancia, perdidos en el olvido de que
aún estamos vivos. Viviendo sin vivir, dejando pasar el día.... Esa es otra
tristeza, profunda, que tiñe de aceptación con mil palabras engañosas, donde no
te creo... pero acepto tu momento o quizás sea tu elección de vida.
Soledades que transitan juntas un camino, con la
claridad de que solo vamos lado a lado mientras al menos yo, me voy recuperando
y volviendo a la VIDA.
Me cuesta pensar una vida tan planchada, tan sin
adrenalina, tan sin aire en el rostro y vaivenes que muevan la balsa haciéndote
agarrar fuerte. Vivir es que se corte el aire cada tanto,... perder el control
de tu vida y tener que experimentar nuevos caminos.
Vivir.... como si cada día fuese el último, con una
flecha que te indica el sentido...
Vivir.... descubriendo en cada mañana una nueva
aventura por recorrer.
Vivir... dejando que el sol de la mañana de verano te
abrace fuertemente uniéndote a él.
Vivir...
Vivir...
Vivir...
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